martes, 16 de diciembre de 2014

Siliconas: componentes a evitar en un champú o acondicionador

La idea de este post es dar respuesta a preguntas tales como ¿qué son las siliconas?, ¿por qué son componentes a evitar en un champú?, ¿cómo desintoxicar el cabello de las siliconas? y ¿como identificar la presencia de siliconas en un champú?, además de dar algunos consejos sobre el cuidado del cabello.
  • ¿Qué son las siliconas?
Son unos compuestos de naturaleza inorgánica que se añaden a los productos para el cabello y les otorgan una serie de propiedades.
Entre las siliconas más frecuentemente usadas en toda la industria cosmética en general, se encuentran: (enumero los nombres en inglés porque es el idioma de la mayoría de las etiquetas y su traducción no varía mucho al español) Dimethicone, cyclomethicone, amodimethicone, phenyl trimethicone, cetyl dimethicone, dimethiconol, cyclopentasiloxane, siloxane, cyclohexasiloxane... Más adelante haremos hincapié en cómo identificarlas y los distintos tipos que hay.
  • Veamos un ejemplo: la dimeticona (dimethicone)
La dimeticona, o "polidimetilsiloxano" (nomenclatura sistemática), es el polímero lineal del monómero dimetilsiloxano [SiO(CH3)2] y, por lo tanto, perteneciente al grupo de compuestos de organosilicio. Su estructura polimérica se muestra a continuación, siendo n es el número de veces que se repite la unidad básica:

                                                            

Es la silicona mas ampliamente usada en cosmética y comparte muchas características fisico-químicas con gran parte de ellas. Puede estar presente hasta en aproximadamente un 15% del volumen total del producto.
Este polímero presenta las siguientes propiedades:
-Es transparente, generalmente inerte e inocuo.
-Es viscoelástico: a temperaturas relativamente altas se comporta como un líquido viscoso, mientras que a bajas, se comporta como un sólido elástico. Al aplicarlo sobre una superficie, no solo es fácil extenderlo por la misma, sino que también se amolda a todas sus grietas o imperfecciones. Estamos por lo tanto ante un buen lubricante, lo que le confiere a los champús y acondicionadores sus propiedades como densenredantes. Además, la película que forma sirve de protección ante agentes agresores externos como el frío.
  • ¿Por qué son componentes a evitar?
A simple vista, parece que sus propiedades solo le confieren beneficios a los productos que las llevan, pero ésto es un poco engañoso.

La mayoría de las siliconas no son solubles en agua (es un compuesto hidrófobo), de modo que, lavado tras lavado, se van acumulando en el cabello. Si se usan durante mucho tiempo, aunque al principio el cabello esté brillante y suave, esta suavidad no es más  una "apariencia", pues nuestro cabello no se ha transformado ni ha "reaccionado" con el acondicionador. Conforme aumentamos su utilización, el resultado final será el de cabello ''plastificado'' y tendrá un aspecto sin brillo, seco y quebradizo debido a la falta de hidratación (efecto rebote).

Realmente, no hay nada mas absurdo que comprar un champú con siliconas (que son la mayoría de los comerciales) y luego gastarnos un dineral en un acondicionador que contenga, por ejemplo, aceite de argán, manteca de karité... ya que esas propiedades tan fantásticas que proporcionan los componentes naturales no van a llegar al cabello y, por lo tanto, no van a actuar sus principios activos. El cabello se encuentra "apantallado" por la barrera que forma la silicona.
Del mismo modo, muchas veces compramos champús o acondiconadores caros porque contienen aceites o mantecas naturales, y no nos damos cuenta de que a su vez contienen siliconas (normalmente incluso en mayor proporción que los propios ingredientes naturales). En este caso, nuevamente su efecto quedará inhibido casi por completo.

Una situación bastante frecuente es la siguiente: notamos que el champú "no nos hace efecto" o " nos dura menos tiempo el pelo limpio" y no sabemos qué es lo que está pasando. La tendencia más común es cambiar de champú; alternamos. Si no tenemos criterio a la hora de elegirlo y lo que hacemos es simplemente cambiar de marca, lo mas probable es que terminemos sustituyendo una silicona por otra, de modo que, aunque al principio parezca que el pelo "responde" al cambio, finalmente acabaremos reemplazándolo de nuevo...y así sucesivamente.
  • Siempre he usado champús con siliconas...¿Cómo puedo "desintoxicarlo"?
El proceso de "desintoxicación" es lento aunque muy agradecido a la larga. Al principio, mientras las siliconas van desapareciendo, el cabello comenzará a perder el brillo y cuerpo que le conferían las siliconas y que, como ya hemos visto, no son naturales. Este proceso de "desintoxicación" se consigue mediante el uso de champús sin siliconas, que ayudan a disolver las siliconas acumuladas en el cabello. Conforme estos residuos se eliminan, llama la atención que, al apretar el pelo con las manos para quitar el agua antes de secarlo, se pueda oír un ruido bastante peculiar, como un chirrido; el de "pelo limpio". Una vez eliminadas las siliconas, la idea es elegir un champú que tenga los componentes o las propiedades que mejor se adapten a nuestro cabello. Ahora sí se encuentra preparado para que los principios activos puedan penetrar en él y nutrirlo. Al final del proceso, el cabello recuperará su propio brillo natural.
  • ¿Cómo puedo identificar la presencia de las siliconas si no soy un experto? ¿Cómo interpretar correctamente el etiquetado?
Hay que mirar la composición (lista de ingredientes) y prestar especial atención a aquellos cuya terminación es -xane, -cone y -conol, pues son componentes a evitar. Esta regla se cumple en todas las siliconas mencionadas en el primer punto, y yo siempre las evito.
De todos modos, hay distintos tipos de siliconas y existen algunas que son solubles en agua. Estas son las "menos malas", pues no se acumulan en el cabello. Entre las siliconas solubles en agua se encuentran:
Cetyl dimethicone copolyol, dimethicone copolyol, behenoxy dimethicone sparingly, hydrolyzed wheat protein hydroxypropyl, polysiloxane y lauryl methicone copolyol.

Cuando vemos la composición de un cosmético, los ingredientes aparecen enumerados en orden decreciente en función de su concentración, siendo normalmente el agua el primero. Por lo tanto, existen distintos grados de "peligrosidad" en cuanto a la presencia de siliconas: no es lo mismo encontrar un champú en el que la dimeticona es el segundo componente (tras el agua), que otro donde aparecen una o varias siliconas solubles en agua cuyas concentraciones no son más que trazas y, por lo tanto, aparecen a la cola de la enumeración.
  • Algunos ejemplos de champús y acondicionadores sin siliconas
En primer lugar, todos los de lush (www.lush.es). En esta tienda tienen champús sólidos, que cuestan aproximadamente 8,95 €, y champús líquidos, cuyo precio varía en función del volumen y tipo. Aunque los champús sólidos parezcan caros en comparación con otras marcas comerciales (tipo fructis, pantene...) que pueden costar entre 2 y 5 € el bote, éstos duran como 3 veces más. Están "concentrados" eliminando el agua de su composición. De igual modo, todos los acondicionadores, mascarillas y tratamientos capilares que tienen son libres de siliconas (no hace falta ni mirar la etiqueta, garantizado).

The body shop (http://www.thebodyshop.es): también tienen algunas líneas sin siliconas. En el bote lo suelen indicar expresamente, como sucede con la linea "selva tropical". A mi, en particular, me gusta mucho el champú y acondicionador de la línea de banana. Ambos cuestan 5 € el bote de 250 ml, que va bastante en la linea de otras marcas comerciales. 

En internet hay muchas listas de productos para el cabello sin siliconas. Una vez me puse a mirar uno por uno y sí que identifiqué siliconas en muchos de ellos. Así que para estar seguros, mi consejo es lush, the body shop o una marca que venden en algunos supermercados llamada "naturaleza y vida", cuyos precios también son razonables.
  • Mi consejo
Como habréis podido intuir, soy una auténtica detractora de los productos con siliconas. Digo productos en general porque -malas noticias- la mayoría de cremas, maquillajes, etc. también llevan siliconas en su composición. A esto le dedicaré otra entrada próximamente.

Aunque el mundo de las siliconas en los champús te parezca algo muy complejo (y friki), merece la pena dar el paso, desintoxicar el cabello, y comenzar a cuidarlo "en condiciones" usando todo tipo de productos libres de siliconas. Mi consejo es relegar el uso de los productos con siliconas a aquellas veces en que sabemos que el cabello va a sufrir una gran agresión como, por ejemplo, cuando vamos a usar planchas, tenacillas...etc. donde la película que se forma nos sirve precisamente como protección frente al calor.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Pestiños: Un dulce navideño

Después de mi última entrada de repostería con los pastelitos más de moda...pasamos a lo que en mi familia es todo un clásico: Los pestiños, con la receta familiar de mi abuela.

Para empezar...un poco de historia

Parece que la historia de los pestiños se remonta alrededor del siglo XV. La primera referencia literaria la encontramos en la Lozana andaluza (1528) de Francisco Delicado. Según los entendidos en repostería, el pestiño está emparentado con la Shebbakiyya marroquí, lo que sugiere un posible origen común, quizá andalusí.
En Sevilla, en la mayoría de las pastelerías ''auténticas'' nos lo solemos encontrar en Semana Santa, siendo mas bien poco frecuente en Navidad. Sin embargo, en Rota (Cádiz) de donde proviene esta receta, es un dulce Navideño.
La Shebbakiyya se consume con frecuencia durante el Ramadán para romper el ayuno, lo que nuevamente sugiere un origen común asociado a celebraciones religiosas.
También existe cierta controversia sobre la elaboración del "pestiño auténtico". La mayoría de recetas comparten características similares en cuanto a la masa pero difieren en cuanto al recubrimiento, que puede ser de azúcar (normalmente con canela) o miel.

En mi familia los hacen mi abuela y mi padre, que es el único de sus hermanos que año tras año continúa con la tradición, así que tengo bastante claro que el testigo es mío, aunque, hasta la fecha solo participo echando las bolitas de colores (lo que le da el toque maestro y hace que estén tan ricos:)).
Cuando vamos a Rota siempre llevamos pestiños de los que hacemos y las comparaciones son inevitables. A menos que alguno de los dos "pinche" en algo, es bastante difícil decidir cuales están mas ricos de los dos.

Ingredientes

Las cantidades que se muestran a continuación son aproximadas para un kilo y medio de harina.

  • 1,5 Kg de harina de repostería
  • Aceite de oliva de 0,4º ó suave (cantidad orientativa)
  • Aguardiente muy seco o seco (0.25L)
  • Manzanilla de Sanlúcar (0.30L)
  • Zumo de de una naranja amarga
  • Cáscara de tres limones
  • 5 cucharadas de Matalahúva
  • 3 cucharadas de Ajonjolí (sésamo)
  • Bolitas de colores
  • Miel (2 Kg aproximadamente)


Paso a paso

1.- Calentar medio litro largo de aceite con la cáscara de dos limones hasta que éstos empiecen a dorarse.
2.-Apagar el fuego y añadir matalahúva en el aceite que no esté muy caliente.
3.-Cuando el aceite esté templado, filtrarlo y añadirle el zumo de una naranja amarga junto con la manzanilla y el aguardiente.
4- Tostar el ajonjolí en una sartén con tapadera (con cuidado de que no se derrame); cuando esté frío, añadirlo a la mezcla líquida anterior.
5.-Añadir un poco de sal y la harina, poco a poco, y amasarlo muy bien.
6.- Dejar en reposo la masa media hora, tapada con un trapo o manta.
7.-Extender parte de la masa (un puñado) con un rodillo y cortarla haciendo círculos con un molde. Nosotros usamos la tapadera de un bote de colacao. A estos círculos de masa se le da la forma característica de los pestiños, uniendo hacia el centro los bordes opuestos. Esto se repite tantas veces como sea necesario para agotar toda la masa. 
8.-Freír la masa (ya en forma de pestiño) con abundante aceite, en el que previamente hemos frito la cáscara de un limón. La cantidad de aceite a emplear depende del tamaño del recipiente que se use para freír. Este es el aspecto que presentan tras la fritura.



9.- Calentar la miel con un poco de agua (para que no esté tan espesa en la sartén) y enmelar los pestiños en la miel caliente.



10.-Y por último...añadir las bolitas de colores! y...Listo!